jueves, 25 de octubre de 2012

Horas antes, Marco Simoncelli


Nunca sabes lo que te puede pasar mañana y es mejor no pensar en ello. Si fuera así, estaríamos en un sin vivir. Hoy hace justo un año que Marco Simoncelli se marchó, no de nuestras vidas, pero sí de nuestro mundo. Imposible saber que esas iban a ser sus últimas horas, sus últimos momentos de vida. Querido por unos, odiado por otros, dedicó sus últimas horas al mundo al que pertenecía, a las personas que vivían su Mundial de Motociclismo.

El piloto italiano tenía un vínculo muy especial con esas personas, y las cuidaba con mucho mimo. Era una relación piloto-fan singular, única y exclusiva, la que Marco tenía con sus fans. Quién iba a pensar que sus últimas horas irían dedicados a ellos inconscientemente, aquellos que le ayudan moralmente en la distancia y lo llevan en volandas desde cualquier parte del mundo y lo digo en presente, porque actualmente sigue siendo así.  

Hizo dos cosas dedicadas especialmente para sus seguidores horas antes del trágico suceso.  La primera fue presentar la renovación de su página web. A simple vista no parece algo espectacular, pero un fan, siempre quiere tener información de primera mano acerca de su ídolo y donde se pueden encontrar mejor, que en su sitio web. Además lo característico de su nueva página era el nuevo apartado dedicado a una interacción fan-piloto.  Simoncelli fue el primero en expresar que su web necesitaba un cambio y que sobre todo, necesitaba una mayor cercanía con sus fans.


Pero lo que de verdad llegó al corazón de medio mundo fue el video que grabó Sic, dedicado a sus fans cuando llegó al Circuito de Sepang. Un saludo que finalmente fue una despedida para aquellos que no le olvidan. En su grabación el piloto italiano contaba que acaba de llegar al circuito y expresaba sus inmensas ganas de bajar a pista para subirse en su moto. Y de esas palabras que se pueden escuchar, llaman la atención aquellas que destacan su espíritu ganador del cual siempre ha sido característico, la frase con la que se despedía “ intentar subir al podio, ojalá en el escalón central, el más bonito, el más alto, el que la tele enfoca mejor. Ciao a todos”. El adiós más preciso que nos ha dejado y que grita, aun por hoy en la cabeza de muchos.

Marco Simoncelli nos dejo donde más cómodo se encontraba, donde era feliz y a lo que dedicaba su vida plenamente. No fue ni el día ni el momento adecuado para decir adiós, ni para él, ni para su familia, ni para sus fans, pero ellos saben que sus últimas horas fueron dedicadas exclusivamente a ellos, a propósito o no, formaban parte de su vida y sin quererlo, sus últimos momentos, se convirtieron en un “hasta pronto” para sus fans.  


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