Tras el Gran Premio de Portugal, más de uno
se preguntará que es lo que desayunaran estos pilotos para desprender tanta
energía y caracterizar a las carreras de tanta emoción y sobresalto. Nos han
emocionado, nos han puesto la piel de gallina, nos han hecho sufrir, gritar,
incluso levantarnos del sofá tras algún adelantamiento… Y los ves bajar de la
moto, con una gran sonrisa en la cara, como si esos últimos momentos de la
carrera formaran parte de su rutina. Y lo más impactante de todo, es que
estamos hablando de pilotos entre dieciséis y veinte años.
Romano Fenati, 16 años. Maverick Viñales, 17
años. Marc Marquez, 19 años. Luis Salom, Alberto Moncayo y Pol Espargaró, 20
años entre otros. Todos, aunque de distintas categorías, son los responsables
de que cada fin de semana, deseemos que se celebre un Gran Premio para que
podamos sentir distintas emociones. Una combinación perfecta entre piloto-moto
engancha al espectador frente al televisor sin importar hora o lugar. A su
edad, muchos adolescentes estudian los que pueden y otros trabajan. Ellos han
decidido cultivar y explotar su talento. Muchas veces cuesta entender que
personas tan jóvenes tenga esa capacidad de concentración en pista. Al fin y al
cabo, siguen siendo chavales.
El primer duelo se vivió en Moto2. Los
protagonistas dos españoles, Pol Espargaró y Marc Márquez, que luchaban por un
mismo objetivo, la victoria en Estoril. En esas vueltas donde los dos pilotos
prácticamente parecían solamente uno, nadie podía apostar por una victoria fija
para alguno de los dos. Se llegaron a adelantar hasta 8 veces en las últimas
vueltas en carrera. Son momentos de emoción, de pasión por querer finalizar la
carrera ya, para ser el ganador y es necesaria una gran capacidad de
concentración, porque el más mínimo error, es lo que en estos casos decide la
victoria. Una simple salida de pista Pol, decidió su puesto en el podio. Una
lucha, entre comillas, entre amigos. Donde sus primeras palabras al bajar de la
moto son “diversión en pista”. Simplemente increíble la mentalidad de los
pilotos. Otro de los duelos se presencio en Moto3. Esta vez era Maverick
Viñales y Sandro Cortese. Un tu a tu entre dos compañeros de categoría. Unas
últimas vueltas donde solo predomina la emoción. Quién iba a decir que personas
tan jóvenes pudieran transmitirnos tantas emociones a tantos kilómetros de
distancia.
En Portugal, también vimos a Luis Salom luchar
por el tercer puesto con Khairuddin. Ya no solo es importante la
victoria, sino que también subir al podio, conseguir el máximo de puntos. Ser
el mejor de tu equipo. Estamos hablando del último gran premio, en este caso, de
ese talento que surge cuando estas jugándote un puesto con otro compañero en
pista. Pero estas habilidades de los pilotos surgen en otras ocasiones también.
Por ejemplo en el Gran Premio de Jerez, Romano Fenati consiguió incluso doblar
a pilotos en la categoría de Moto3. En definitiva, no hay palabras para
describir ese algo tan grande que tienen los pilotos. Y lo mejor de todo, es
que aún nos queda mucho por disfrutar, solo es el principio del Mundial de
Motociclismo del 2012.
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